Antes que el BPS diera unas enzimas pancreáticas llamadas Prolipase (fue por un período de varios meses no llegando al año) a mitad del año 2003 aproximadamente, los pacientes tenían que comprar dichas enzimas en el exterior o a una Asociación que existía antes. Cabe aclarar que existía una marca de enzimas (que todavía existe en plaza, gracias al esfuerzo del laboratorio) pero que algunos fibroquísticos no la toleraban.
El costo del frasco de Prolipase rondaba en los 75 dólares aproximadamente (teniendo en cuenta que el BPS lo empezó a dar por el año 2003), una familia podía gastar entre 200 y 300 dólares (o más) aproximadamente por mes sólo de enzimas pancreáticas (teniendo en cuenta que el precio era en dólares y lo que pasaba cuando este fluctuaba como ocurrió en la crisis del 2002). Esto era el gasto de un solo medicamento, habían familias que gastaban más plata en otros medicamentos, como por ejemplo, antibióticos como la Tobramicina o la Colistina, los cuales no existían en nuestro país; así que, quien podía costearlos (eran y son muy caros) los tenía que traer del exterior. Los que no podían, se tenían que manejar con los que había en el país y fueran suministrados (no siempre) por la mutualista o Salud Pública.
Además, como parte del tratamiento, tienen que hacer fisioterapia, sumándose otro costo más para la economía familiar. Todo lo que se conseguía en ese momento era producto del esfuerzo individual de cada familia pero sin trabajar de manera colectiva.
Otro problema que había era el desconocimiento del público general y de los médicos sobre la enfermedad. Generalmente, aunque no siempre, eran los pediatras los que tenían conocimiento de ésta enfermedad, aunque muchas veces no la tenían en cuenta de entrada al momento de diagnosticarla. Esto hacía que los fibroquísticos fueran muchas veces diagnosticados en la adolescencia, para lo cual ya presentaban síntomas de deterioro pulmonar.
Hasta ese momento existía una policlínica pediátrica y una de adultos que atendían en el BPS pero sólo a pacientes que hayan sido diagnosticados antes de los 14 años y tuvieran cobertura por Asignaciones Familiares, es decir, a los que cobraban asignaciones familiares, generalmente de la actividad privada. Los pacientes adultos fueron los niños que ingresaron antes de los 14 años al BPS y se convirtieron en adultos.